lunes, 29 de enero de 2018

Relatos de Campo


Un paseo por el campo
Salí junto a mi perro por el sendero que desciende por el barranco a la rambla allí entre roquedales árboles y arbustos florales seguía caminando con el frescor y el aroma, iba a llegar pronto a donde me había propuesto un lugar que siempre conocía, no era igual que siempre ya habían pasado cuarenta años en aquel lugar y algo siempre tenía que hacer, solo daba vueltas por los mismos sitios de siempre, aunque hastiada Semper descubría algo nuevo e interesante que me alegraba por unos segundos, no creo en la espontaneidad de algo, ni el accidente revelador, sabía que todo hay que estudiarlo y trabajar, no era difícil en soledad ocuparte de lo que más te atrajera, pero aquel día era una obligación, el clima de verano y la necesidad que en aquellos día se desataba no me quedaban opciones así que fui por quinta vez a ver como estaba el manantial único por estos parajes, ya me había explicado el señor que sabía cómo eran este tipo de minas de agua, donde el agua brota y se retiene entre piedras de bóveda así cumplí mi misión una vez más, resignada, que igual moriría, pero no tenía nada.
No pasó nada transcendental ni un ángel se posó sobre mi espalda, ni siquiera disfrute la paz que me era tan apropiada, solo observe aquel rincón arbolado y la antepuerta en forma de pasadizo, me senté con blanco el querido perro pastor que me acompaña, recogimos una cerezas blancas semi-abandonadas y seguimos el camino hasta encontrar un nuevo sendero, pero esta puede ser otra historia.
21-junio-2016